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Mostrando entradas de febrero, 2010

Conversaciones con sentido

Hoy tuve el privilegio de sentarme a comer una nieve con un estudiante. Entre pláticas, el estudio y las risas pudimos intercambiar ideas y motivos de gratitud. Mientras lo escuchaba me di cuenta como para él era tan claro en su vida reconocer que TODO lo que tiene no es suyo. Pero creo que esa realidad debe ser sólo para él, sino para todos. ¿Qué pasa si vemos los recursos como gracia, a las personas como regalos de Dios, al dinero como un medio para bendecir y a las oportunidades de reconocimiento y disfrute como providencia de un Dios bueno? Todo cambia. Su humildad y su gratitud me hicieron pensar en la forma que hoy vemos al mundo. Cómo arrebatamos para alcanzar lo que otros tienen o competimos para llegar antes. Pero desde la óptica de este estudiante, todo se ve como algo que no merecemos y Dios nos lo da, no queda lugar para la exigencia. Al escucharlo pensé que muchos de nosotros debemos ser recordados una y otra vez que en medio de nuestra necesidad y carencia Dios se compl

La misión de Dios: "lo GRANDE y lo pequeño"

En los últimos meses me ha tocado pensar a la misión de Dios y las formas en que esta se vive.Personalmente, creo que a nuestra generación le ha tocado ver los viejos paradigmas para hacer misión, trabajarlos y eventualmente quedarse con ellos porque "no hay más" o deshecharlos ante la clara evidencia de que "eso ya no funciona". Lo que acá comparto de ninguna manera descubre el hilo negro del asunto, y muchos ya han hablando de los nuevos paradigmas para la misión que debemos considerar. Creo que el evangelio nunca "pasará de moda", pero sí creo en la responsabilidad de cada generación de hacer al evangelio un mensaje pertinente para su mundo. También creo que al hablar de la misión, tenemos la certeza de que esta "empresa" es creación e ingenio del Dios de la vida. Por esta razón, sus formas, sus manejos, sus paradigmas nunca son totales. Nunca hay una sola forma para trabajar, una sola manera para llegar. La obra se hace en total dependencia

Esperanza en un mundo que ya no “espera”

En días anteriores revisé un escrito de Vinoth Ramachandra sobre Newbigin (misionero y misionologo) y escuché una conferencia del Dr. Guillermo Zermeño (historiógrafo mexicano). Estos dos eventos, junto con el estudio de las cartas de Efesios y 1ra de Pedro, escritas por Pablo y Pedro-en el primer siglo- respectivamente, me han hecho pensar la esperanza . Y es que para la gente este puede ser un concepto muy abstracto, utópico, un recurso ante la miseria y el sinsentido. Pero la esperanza del cristiano es real y diferente a la que el mundo aún logra aferrarse. Pedro nos dice que está viva. Ésta se hace presente por medio de Jesús, y es la confianza de que Dios, como el soberano de la historia llevará a cabo su propósito determinado desde antes que el mundo fuera. La esperanza de la que habla la Biblia en la carta de Pedro no puede experimentarse por todos. Pedro nos dice que renacemos para tener esperanza(1:3); sólo los hijos de Dios -quienes él mismo engendra por