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Mostrando entradas de abril, 2016

Comunidad en formación

Documentando la pimer despensa compartida Al ir a la cama, nuestra expresión de alegría y plenitud era muy evidente. Abdiel expresó lo que yo pensaba, pero no articulé: “Es una mentira que el dinero y las posesiones traigan riqueza o seguridad.” Tuvimos una semana llena de gente, de construir relaciones profundas y de compartir la vida, el dinero y la casa con otros. Compramos nuestra primera despensa en comunidad y cocinamos juntos. No creemos que la seguridad social la provee el gobierno y sin embargo nos preocupamos como si eso fuera la verdad. Tampoco creemos que el individualismo imperante sea la norma a seguir, pero vemos lo complejo de construir relaciones íntimas en esta sociedad donde todos tenemos prisa. El dinero tampoco es nuestra ambición, pero la tentación de atesorarlo es constante. Dios nos abre los ojos para creer y vivir otras posibilidades, y para seguirlo con mayor coherencia. Tere y Esther Somos parte de una comunidad producto de la invitación de Dios

Abdiel

Cuando no estás dejo las luces prendidas No es por miedo; ellas me alumbran los detalles que hablan de tí Los ganchos en el baño, tus pijamas en el extremo de la cama,  tus llaves cerca de la puerta, la taza de café  y el escritorio desde el cual dibujas con hermosas palabras la fe, nuestro amor y donde hay espacio también para el lamento y el dolor. Al principio temí amarte,  la realidad de ceder mis sueños a nuestra voluntad compartida fue soltar el control.  Me aterraba darme a tí y perderte o perderme.  Hoy los miedos ya no están.  El único dolor que ocasionalmente asalta  es la sombra de una vida cortada.  Lo demás se ve distinto.  Amarte con el riesgo de perderte vale la pena,  hay vida al “soltar”. En la entrega de lo que somos nos reavivamos. Estamos hechos para ser vaciados por amor a otros  y llenados por lo divino. Ya recibimos más de lo esperado,  no sabemos qué pasará,  pero el corazón crece con nuevos sueños,  a tu lado, a Su lad

Ruth, la mujer migrante

Ruth es la historia de cualquiera de nuestras mujeres migrantes, en época de caudillos, de personas que solo se preocupan por el poder, por servirse a sí mismos… En tiempos así, el campo sufre, hay escasez y las familias migran. Una familia judía migró a Moab, a una tierra a la que no irían por simple deseo. Allí creció la familia, se casaron los hijos con mujeres extranjeras, Ruth y Orfa,, pero después los hombres murieron. Las mujeres quedaron desprotegidas, Noemi escuchó que las cosas iban mejor en su tierra y emprendió el regreso, un difícil retorno. Ruth, la moabita se aferró a su suegra y regresó con ella. La historia habla mucho no es un relato de amor solamente, nos cuenta de un hombre compasivo, justo y piadoso llamado Booz, también nos habla de mujeres en el extremo vulnerables, pero con cierta esperanza. En realidad, esta historia así es más común y cercana de lo que nos gustaría reconocer. Es la historia de la mujer que podemos encontrarnos recién deportada y per