1 Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica. 2 ¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran 3 las amenazas del enemigo y la opresión de los impíos, pues me causan sufrimiento y en su enojo me insultan. 4 Se me estremece el corazón dentro del pecho, y me invade un pánico mortal. 5 Temblando estoy de miedo, sobrecogido estoy de terror. 6 ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! 7 Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto. 8 Presuroso volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad. 9 ¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lenguaje! En la ciudad sólo veo contiendas y violencia; 10 día y noche rondan por sus muros, y dentro de ella hay intrigas y maldad. 11 En su seno hay fuerzas destructivas; de sus calles no se apartan la opresión y el engaño. 12 Si un enemigo me insultara, yo lo podría soportar; si un adversario me humillar...
Escribiendo de lo cotidiano, hablando sobre Dios, la vida, el mundo, la misión, las y los amig@s...