Vivir la Asamblea Mundial de IFES en México fue una experiencia única, con sus propios desafíos y gozos. Extender hospitalidad al mundo significó diferentes cosas para Compa : desvelos, planeación, traslados, abrir la casa, invertir el tiempo, escuchar con paciencia, olvidar las ofensas, y en todo, abrir el corazón. Fue un desafío, pero también un privilegio el s er canal de la gracia de Dios en sus colores y sabores latinoamericanos y mexicanos. En esta ocasión no puedo recordar con facilidad una, dos o tres cosas que aprendí, y en parte es porque mi trabajo como maestra de ceremonias (junto con Toto) fue guiar y ayudar a los participantes a considerar el camino recorrido por las mañanas y ayudar a tejerlo dentro del programa de la Asamblea. Mis pensamientos e ideas sobre la Asamblea son también así, más generales aunque no por eso creo que sean vagas o difusas. Valoro mucho ser parte de una comunidad global, donde existe espacio para reconocer los dones y las diferencias re...
Escribiendo de lo cotidiano, hablando sobre Dios, la vida, el mundo, la misión, las y los amig@s...