Hoy, a tus escasas 7 semanas tuvimos nuestra primera cita tú y yo solas, en un café local, como le gusta a mamá. Tú la pasaste dormida en mi pecho, dentro del fular morado que tanto te gusta. Mientras comía el scone y tomaba café pensaba en todo lo que ha pasado este año en Vancouver y en tí y tu llegada. Estamos a solo 2 semanas de mudarnos de regreso a Tijuana y hay tanto que agradecer, hija. Me conmueve pensar lo bueno que ha sido Dios con nuestra familia estos últimos 13 meses. Hemos visto su mano de cuidado, amor y provisión de formas inimaginadas. Tú eres fruto de esto y te llevamos como el mejor recuerdo de nuestro sabático. Estamos por regresar a nuestra amada Tijuana, la caótica, dolida y colorida ciudad que vio crecer a tus papás. Esperamos que la aprendas a querer como nosotros. Me emociona tanto que conozcas a toda la gente que te ama y aún no conoces y estoy ansiosa porque los nuestros te conozcan. Nuestra vida en Tijuana ya nunca más será igual, contigo a nuestr...
Escribiendo de lo cotidiano, hablando sobre Dios, la vida, el mundo, la misión, las y los amig@s...