Para Pedro, Pahola y Abdiel Cosas siguen pasando en mi corazón, y estoy agradecida, porque en medio del ajetreo de la vida y los pocos espacios que logro apartar para el descanso, escucho a Dios susurrando su paz, su gracia, su amor y la invitación constante a la humildad. Me encuentro agradecida, porque el Dios que sigo conociendo día a día no es un dios domesticado, no cabe en mis formatos o reglas, no sigue mis ideas ni se deja sobornar por nadie. Es un Dios siervo, humilde y justo, que ofrece perdón, amor y reconciliación por su deseo de hacerlo así y que invita gente frágil y quebrada como nosotros a formar parte de la misión más grande que existe. Nos supera y a su vez, responde al anhelo profundo que tenemos de formar parte de algo que sea mucho más grande que nosotros. En los comienzos de la Uni (2006 aprox) Hemos comenzado a estudiar la Biblia de nuevo, juntos, como lo hicimos en la universidad. Y aún recuerdo esas conversaciones de cafetería, donde nos at...
Escribiendo de lo cotidiano, hablando sobre Dios, la vida, el mundo, la misión, las y los amig@s...