"Esperando el bus" Foto tomada por Ada Rosas Estas últimas semanas, entre viajes, estudiantes, autobuses y reuniones, me sentí muy cansada. El cansancio me hace aún más vulnerable y presenta la necesidad de “ver a Dios” en dónde estoy y cómo estoy. Después de un lindo y desafiante viaje por Chihuahua, llegué a la semana de junta del Equipo Nacional de Compa con preguntas, más cansancio y el deseo profundo de ser afirmada, de creer que estos cansancios valen la pena. Las necesidades de la obra estudiantil aumentan, las demandas pastorales son mayores, mis carencias son más evidentes y de pronto esta misión parece inalcanzable. Aún ahora, mientras escribo en el avión me siento casi agotada, con pocas fuerzas para pensar, pero con una imperante necesidad de escribir algo que recordé en estas jornadas de reuniones, planes y sueños. Mi fragilidad, nuestra fragilidad; el tesoro del Evangelio en vasos de barro . Sin pretensiones de saber nos acercamos al Señor y echamos mano...
Escribiendo de lo cotidiano, hablando sobre Dios, la vida, el mundo, la misión, las y los amig@s...