Estoy entre escribirte en papel, por
aquí, en una postal o un correo… Ya tenemos nuestra cajita con recuerdos: mis
cartas, tus cartas, tus poemas, mis preguntas y nuestras muchas memorias desde
el inicio de nuestra amistad.
¿Cómo llegamos hasta este día? ¿Qué
nos trajo a planear la vida juntos, a soñar con reunir a nuestros amigos,
amigas y familiares desde lugares lejanos para celebrar nuestra unión, a pensar
en un hogar temporal para nuestro tiempo en Tijuana…? Hemos elaborado algunas
respuestas, pero al final ninguna es suficiente y vamos descubriendo que el
amor, la confianza, el respeto, la comunicación y el compromiso son las cosas que nos ayudan a
hacer camino.
La verdad es que no imaginé toda la emoción
y el desafío que podría acompañar decir que sí a pensar y hacer vida con mi
mejor amigo. ¡Eres un regalo del Dios de
la vida! No eres perfecto, conozco mejor que muchos tus defectos y las cosas
que te duelen, molestan y lastiman. Tú me conoces bien, seguramente mejor que
nadie; me has visto crecer, llorar, equivocarme y reír los últimos 8 años.
¿Cómo llegamos a este momento? Creemos
en un Dios que provee oportunidades y restaura las vidas. Él seguramente ha
tenido algo que ver, pero de los momentos en que nos hemos desviado es innegable
que ha sido nuestra responsabilidad. La comunidad también nos afirma, los que
nos aman se alegran con nosotros y los que nos han visto de cerca saben que no
fue fácil, ni para ti, ni para mi. ¿Cómo llegamos aquí? Porque fuimos honestos con
Dios y con nosotros mismos sobre lo que queremos y necesitamos, porque hemos
rogado por dirección, pero sobretodo, creo, porque nuestro Dios es bueno, muy
bueno.
Te amo. Nos lo decimos a diario, y
quiero que lo recuerdes. Pido a Dios que cuando viajo o tú viajas, lo
recordemos con fuerza. Esta vida no es tan fácil, pero es posible, se disfruta
y se agradece por tu compañía en la distancia y el Dios que de maneras extrañas
nos une en propósito, amor y recuerdos compartidos.
Gracias por enseñarme mejor el amor en acción, la verdadera hombría -que no tiene absolutamente nada que ver con el machismo-, por tu cuidado
y todos tus esfuerzos. Aparte de los abrazos y la prolongación de nuestras conversaciones,
lo que más extraño cuando viajo es lo maravilloso, complejo y fascinante de
hacer caminos diferentes contigo, de acordar maneras de relacionamiento contraculturales
y de saber que no vamos solos en la vida cuando caminamos por senderos
solitarios. Somos amados y Alguien nos cuida.
Te amo
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