(EXPLOSIONES DE ESPERANZA) Y con esto no digo nada nuevo, no pretendo hacerlo . Al estudiar la historia de los siglos pasados me recuerdo a mí misma que las cosas nunca han estado muy bien y que no estamos avanzando hacia un mejor futuro. Tampoco soy pesimista pero me ubico en una realidad social profundamente rota –hasta la médula- que no alcanza siquiera sus ideales (presentes o negados), que cuando aspira a algo “bueno” eventualmente lo radicaliza, lo impone o lo echa a perder. Aun así, creo en la posibilidad de transformaciones humanas que requieren cultivarse con amor, paciencia, sabiduría y constancia. ¿Cómo lo integro sin perder la esperanza? Aquí entra de nuevo mi fe, esa que está presente al articular las preguntas, al buscar las respuestas y al mirar las realidades en las que me encuentro envuelta. En estos días estoy saboreando la historia. Estudiar el periodo victoriano en Inglaterra y sumergirme en un contexto tan distinto al propio tiene muchas ventajas, desaf...
Escribiendo de lo cotidiano, hablando sobre Dios, la vida, el mundo, la misión, las y los amig@s...