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Una oración

En días como hoy en los que me cuesta trabaja orar en silencio, pero reconozco que he de resistir a la tentación de no hacerlo... Escribo unas palabras en esta página, mientras elevo mis oraciones a tí. Porque sé que al orar pronuncio lo que me preocupa y me alineo con tus preocupaciones, Señor, escucha mi oración. No entiendo la paradoja de tu gran poder mezclada con tu voluntaria debilidad y compasión, pero es porque eres así que me acerco cada mañana, y sólo porque eres confiable acudo a tí hoy. 
Esta semana, gente que conozco perdió seres amados, consuélalos con tu esperanza. 
En África, gente que no conozco se debate ante la muerte por una epidemia, ten misericordia.  
En las últimas semanas, las historias de niños que huyen al Norte por violencia son devastadoras, protégelos Señor.  
La sangre de inocentes en mi país no deja de correr, trae justicia Señor. 
Avergüenza a los que abusan del poder, a los que despojan a los pobres y solo maquinan maldad.   

La violencia en Medio Oriente no cesa, Señor, trae paz y haznos tus instrumentos.  
El abuso de mujeres y el tráfico de personas es un monstruo y pisa muy fuerte, cambia la historia con nosotros; que venga tu Reino.  

Te ruego, que tu iglesia se organize por amor y para amar tangiblemente.   
Te pido que los estudiantes con quienes trabajo te amen, amen a sus prójimos y se comprometan de por vida con tu causa.  
Te pido por las reuniones de esta noche, que tengan trascendencia eterna.  
Te ruego por el que será nuestro matrimonio, que nos demos el uno al otro y a otros, como reflejo de tu amor y generosidad.  

En mis distracciones, perdóname Señor, y encuéntrame. Quiero permanecer a tu lado. 


Que mis esfuerzos por orar y responder a tí que nunca dejas de extender tu mano no cesen jamás. Que aún cuando no logre articular lo que quiero comunicar a otros, quiero que las palabras que a tì elevo-aún si solo fuera un llanto, un gemido, una queja, una sonrisa o una lagrima sin sonido-  nunca falten. Tú eres nuestra esperanza y nuestra vida. 

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