Quiero regalarte algo
que hecho con mis manos y exprese un poco de lo mucho que te amo. Escribir para tí me resultó adecuado, aparte de que es muy "nosotros"....
Aún recuerdo que el primer mes juntos tenía
algunos miedos, no sabía qué esperar ni cómo haríamos frente a la vida;
trajimos a casa nuestras experiencias, los consejos de muchos, nuestros temores
y las expectativas que fuimos creando antes de la boda sabiendo que podrían
cambiar. Decidimos comenzar a construir juntos una relación distinta no
definida por los moldes sociales. Creamos una cultura propia en nuestro hogar en
donde todos los lugares de nuestra casa son de ambos y sé que te sientes tan
cómodo cocinando que en ocasiones te veo bailar preparando la comida. El
desayuno y el café que dejas listo cada mañana son mis compañeros al agradecer
a Dios por tu vida. Me sorprendes y me haces reír, porque no solo eres creativo
con las palabras, sino también con las maneras en que muestras cariño y
generosidad con tu tiempo y tus talentos. Seguiremos construyendo juntos una
cultura que nos represente, hospitalaria y auténtica. Vamos imaginando las
cosas diferentes y a edificar con otros sueños y valores.
Estamos aprendiendo a celebrar lo cotidiano y
encontrar a Dios allí. Desde que nos casamos la vida en el planeta no dejó de
ser más difícil ni el país que habitamos menos violento, pero al estar juntos
la realidad de un Dios activo y presente en lo cotidiano provee esperanza aun
en medio del dolor y el cansancio. Los casi 9 meses de vivir juntos han
cambiado mi perspectiva de la vida. Entiendo, o mejor dicho, experimento la
profundidad del amor de Dios y mis expectativas cotidianas comienzan a no
definirse por el perfeccionismo, sino por el amor y la belleza de la vida. Tampoco
nos hemos conformado al mundo, porque algo florece de nosotros que nos invita
al lamento, la compasión y la acción; no sabemos a dónde nos llevará pero
pedimos valientemente que nos guíe. Ahora pienso en plural y creo que hay algo
divino en eso, porque me despojo un poco del egoísmo y pienso en ti, y después
es más fácil pensar en otros… Sé que te gustan las tardes tranquilas, un chai
en la mano, una buena película en la cama, hablar del mundo o escribir poesía.
En gran medida la oportunidad de
crecer en amor, confianza, compasión, perdón, generosidad, servicio y bondad
comienzan contigo y de tu mano. Tengo la oportunidad de extender toda esa
gracia a ti, de recibirla de tu parte o de que juntos la extendamos al mundo.
No quisiera hacerlo con nadie más. Te amo.
¡Fiesta sorpresa! |
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