Sube al camión y antes de ver su rostro, olí sus manos. A cloro, agua, sustancias de limpieza, a querer llegar a casa, a anhelar el descanso y a dibujar una sonrisa en la cara del niño que le espera con ansia.
Algo me evoca ese olor, representa más que un aroma impregnado en las manos de una mujer trabajadora, es cómo el recuerdo de la lucha por una mejor vida, por la superación. El olor de la dignidad humana que no se compra, ni vende, ni se devalua por ofrecer tus manos a trabajar para otros. Porque serán esas mismas manos que alimentaran a los tuyos.
El olor de la lucha, porque nunca será la pólvora la que nos reivindique como humanos: creo que podrán servir mejor las palabras, pero aún más el corazón, el trabajo, el amor, la humildad, la resistencia... las palabras que acompañan, uniéndose a la esperanza.
Algo me evoca ese olor, representa más que un aroma impregnado en las manos de una mujer trabajadora, es cómo el recuerdo de la lucha por una mejor vida, por la superación. El olor de la dignidad humana que no se compra, ni vende, ni se devalua por ofrecer tus manos a trabajar para otros. Porque serán esas mismas manos que alimentaran a los tuyos.
El olor de la lucha, porque nunca será la pólvora la que nos reivindique como humanos: creo que podrán servir mejor las palabras, pero aún más el corazón, el trabajo, el amor, la humildad, la resistencia... las palabras que acompañan, uniéndose a la esperanza.
ME ENCANTO!
ResponderEliminarMe gustó mucho, gracias por este cuadro y colorearlo con tu reflexión final.
Por cosas como esas y más me gusta subirme a los camiones.
Me gustó.