Soy amada entre mil dudas. A veces, en secreto dudo que Dios me ama, no sé porque lo haría. Señor, sana mis heridas más profundas. Aún no entiendo por qué me elegiste y me sigues diciendo que soy tuya, y que estoy segura en ti. Señor, déjame escucharte claramente. Eres mi refugio, lo sé, pero muchas veces me traiciona el pensamiento e imagino que estoy sola. Redime, Señor, mi imaginación.
Dudar me acerca a ti, no tengo a nadie más a quien ir. Cuando me alejo o creo que ya no podré regresar, tú haces sendas nuevas, me encuentras y me llamas a ti. Así amas Señor, así quiero disfrutar de tu amor. A veces este amor duele, porque me desnuda, porque no tengo nada a qué asirme que valga la pena no dejar atrás. Señor, sígueme cautivando. Quiero seguirte conociendo, que mi vida y la de mi familia se enraíce en tu amor.
Señor, sé que veré tu fidelidad siempre. Y cuando dude, Señor, no me dejes. Si esto dependiera de mí, ya se hubiera acabado, pero en ti estoy segura. Gracias por ser el Dios de María, de Pedro, de Tomás, de Martha y de Esteban, gracias por tanto amor derramado en la historia, gracias porque tu paciencia llegó hasta nosotros.
Y me sorprendes, ¡lo logras, siempre! Tu creatividad para amar no termina, sigues viviendo en mí, dándome vida, creando vida. Aquí estoy.
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