a caminar con estudiantes, a acompañarme de ellos en el camino, con todas nuestras dudas, temores, inseguridades y esperanzas.
a soñar con ellos, a soportar nuestra inmadurez, a equivocarnos una y otra vez y perdonar.
a amarlos, buscarlos para tomar té,
a soñar con ellos, a soportar nuestra inmadurez, a equivocarnos una y otra vez y perdonar.
a amarlos, buscarlos para tomar té,
a caminar por senderos polvorientes de la mano con ellos, en cuidades golpeadas por la violencia y el narcotráfico.
a arriesgar mi comodidad y supuesta seguridad al meterme en "asuntos ajenos",que no me afectan directamente.
a tomar tiempo cada mañana para leer noticias, escuchar historias tristes de un mundo que cada día está más caliente, de animales que se desaparecen, gente que se trafica como mercancia, de avaricia, desórdenes, catástrofes y mentiras difundidas por los canales televisivos.
a dejarme afectar por la injusticia que afecta a vecinos de otras ciudades y países, así como no quedarme cómoda ante la institucionalización del soborno y el hambre de miles.
a leer y estudiar... a aprender a disciplinarme para escribir, a hacer de la reflexión una práctica cotidiana.
a confrontar y amar, incluir y denunciar.
Porque la fe en mi vida quiere ser manifestación de mi confianza en Dios justo y lleno de amor. De que ya se ha inaguradado el Reino de vida en Jesucristo, que hace posibles la Esperanza, al poner la confianza en Él y su Palabra. Porque mi fe no me lleva a encerrarme en las cuatro paredes de mi casa o los templos, sino a salir, a recorrer las calles, a tomar la palabra y vivir Su Palabra.
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