Con el cierre de un año, me parece un buen ejercicio hacer un recuento de lo que fue... Con estas ganas de escribir y no saber por dónde empezar, esta me parece la mejor opción. Quiero agradecer lo que aprendí, y sobre todo agradecer a Dios quien da sentido a la vida, quien posibilita amar y acompaña en el dolor.
Ante la falta de inspiración, leí algunas cosas de hace años: cartas, oraciones, sueños, desafíos... y me encontré con esto, que explica bien porque escribo, aun cuando siento que no puedo o no quiero:
"Como estudiante de historia, doy cuenta que la memoria y la capacidad para recordar es una cualidad muy humana a veces en peligro de extinción. Por que al recordar traemos a cuenta lo pasado, pero no solo como hechos contingentes y arbitrarios; al recordar, escribir y contar nuestras historias vemos el sentido que han tenido ciertos acontecimientos. Y para los que conocemos a Jesús, podemos agradecerle por su fidelidad y la formación que provee a nuestras vidas en medio del gozo, el dolor, las frustraciones y los triunfos. Podemos ver a la comunidad y podemos entonces ver hacia delante con esperanza por lo que Él ha hecho y lo que dice en su Palabra."
Algunas cosas que viví, aprendí y sigo aprendiendo:
Puedo equivocarme/ Dios es fiel/ El dolor es real/ Dios redime/ Es una dicha tener hambre y sed de justicia/La injusticia mata.../Dios es justo/Soy complicada/Dios me ama/Hay cosas que no puedo cambiar/ Dios trae esperanza/Los planes se frustran/Dios guia.
Hay muchos contrastes... y creo que lo más difícil de "crecer" es lo complicado de entender el mundo y lo fácil que olvido lo sencillo y fundamental en la vida. Hay una tensión constante entre madurar perspectivas y sueños o dejarlos ante el miedo, lo cansado o lo complejo de luchar. Se vive un desencantamiento del mundo, se desensmascaran arquetipos y desnudan los modelos con los que he crecido, para entonces aprender más de lo que realmente es vivir. Pero esto no es fácil, de hecho, muchos prefieren vivir sin enfrentarlo. Creo que hay una resistencia natural en nosotros, porque el mundo nos vende ideas falsas de Dios, del dinero, de las posesiones, la familia y el amor, y ante La Palabra, ante Dios mismo y el Evangelio de Jesús las cosas se observan diferente. Agradezco que esto no es algo que pensé hoy al escribir, sino que es algo que está presente desde que Jesús trastornó "mi mundo". Hace casi 4 años escribí lo siguiente, en el marco de una conversación con mis mejores amigos en la Universidad y sigue siendo mi oración, desafío y anhelo en la vida:
"...el verdadero éxito como seres humanos no pueda más que estar vinculado con lo que somos y debiéramos ser: amantes de Dios y del prójimo. Y en esa luz es que hemos querido caminar, dejándonos amar por Dios, amándole de regreso y aprendiendo a amar al otro. Con esto vimos que estamos lejos de hacerlo bien, por cuanto hemos ignorado conscientes del que necesita, hemos creído posible amar a Dios sin obediencia y pregonamos justicia cuando a la vuelta no extendemos misericordia. Sin embargo, bajo estas realidades de tensión, la tarea ha sido mirar hacia delante considerando la historia."
Sigo aprendiendo lo que es vivir, cómo vivir la vida, aprendiendo de Él, reconociendo mis profundas fallas y daños, mis errores y faltas que afectan a otros, así como la necesidad más real que tengo de Dios.
Y agradezco puntualmente, lo siguiente:
- Ver a Dios tan claro en medio del dolor y el sufrimiento, y así conocerle un poco mejor.
- El perdón, la restauración, el amor, la bondad y la misericordia de Dios. TenerLo como pastor...
- Mis padres, por su vida y sus fuerzas entregadas a Dios en este tiempo. El ejemplo de compasión por los que menos tienen.
- Las oportunidades nuevas en lo personal, lo ministerial y en los estudios.
- Haber culminado la tesis y con eso, haber escrito mi primer libro.
- Los estudiantes con quienes comparto la amistad y la oportunidad de servirles, tratando de dar lo que he recibido de Dios y de otros.
- Mi mejor amigo: su amor que me invita a aprender a recibir y dar amor.
- Tanto más, tanto más que no me alcanzaría...
¡Gracias Señor! ¡Que la manera en que vivo mi vida sea la forma en que muestro mi agradecimiento a Tí, al amar a otros como Tu amas!
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