Este año se proyecta para estar lleno
de cosas nuevas, muchos desafíos, viajes, ausencias, encuentros, estudio y
universidades. Hay nuevos planes, otros que se concretan y en medio de todo me
siento muy pequeña y vulnerable. Justo la semana pasada fuimos sorprendidos con la
muerte de seres amados y esto no hace más que acentuar mi/nuestra fragilidad.
No puedo cambiar lo que ya pasó, pero si puedo dejar que Dios siga
transformándome con su amor. Las experiencias difíciles o dolorosas tienen la
bondad de llevarnos a lugares más profundos de nuestro ser y a poner sobre la
balanza nuestros valores y la manera que estamos viviendo.
En los últimos meses estoy más consciente
de mis debilidades, flaquezas y quebranto como ser humana. No logro repararme a
mí misma. En ocasiones ni siquiera discierno bien la raíz mis reacciones y
emociones. La lucha es constante y aun cuando logro ignorar la inseguridad o el
dolor; la presión o el cansancio sacan lo que hay dentro. Mi horizonte parece
muy desalentador… Por eso, en medio de todo el disfrute y el dolor de la vida,
vale reconocer que ESO no lo es todo. Ahora me explico:
- La vida, hay que aprender a vivirla. La búsqueda de esto tiene que ver con reconocer a Dios en el centro y vivir bajo sus ideas y diseño. Necesitamos sabiduría para la vida cotidiana y no la que se memoriza o aprende con solo escuchar; es la que obliga a mirarnos con honestidad y reconocer avances y carencias. Por ejemplo:
- ¿cómo comienzo mi día?
- ¿Cómo reacciono a la molestia de mi pareja?
- ¿Qué hago con mi enojo?
- ¿Perdono o guardo rencor?
- ¿Vale la pena renunciar a sueños buenos por otros mejores que requieren más fe?
- ¿Me quedo cómoda o me arriesgo a ganar, crecer, amar y sufrir?
- ¿Sigo los patrones destructivos que aprendí o los remplazo por otros que llevan vida a quienes me rodean?
- La vida, hay que pensarla.
- ¿Vivimos para ser recordados o para dejar un legado eterno?*
- ¿Quién definirá nuestro valor e imagen propia?
- ¿Qué haré ante mis dolores profundos?
- ¿Me arrodillaré ante los dioses de las riquezas cuando haya escasez?
- ¿En quienes o qué cosas invertiré mis fuerzas y gastaré mis energías?
- ¿Qué guiará mis decisiones futuras?
- ¿Cómo enfrentaré las pérdidas y el fracaso?
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