Quiero escribir un poco de lo que ha sido este tiempo de vacaciones: los últimos cinco días en Oakland y San Francisco. Me sirve utilizar algunas palabras para resumir el tiempo, y a la vez como una guía para un agradecimiento reflexivo. Descubro una gracia especial en los tiempos donde la idea no es trabajar, sino ser. No buscar la identidad en lo que hago, sino disfrutar de otros, amar y ser amada por gracia, recrearme por medio del disfrute de la naturaleza y de lo creado por el ser humano. Ambas cosas dando testimonio de la creatividad de un Dios artista y Creador de seres a su imagen.
Algunas cosas que he disfrutado:
- modelos de familia equitativos: la realidad no es perfecta, pero es hermoso el reflejo del esfuerzo compartido de hombres y mujeres que buscan crecer familias bajo los valores del Reino de Dios. El poder usado para amar y servir, sin imposiciones. Leer a las niñas por la noche fue un regalo.
- haciendo iglesia bíblica y socialmente relevante: gente que ama a Dios y quiere amar a sus vecinos. Familias que deciden hacer su hogar en lugares conflictivos para ser sal y luz allí. Gente que está menos preocupada por su seguridad y que lucha contra corriente para ambicionar el Reino antes que las posesiones materiales y sucumbir ante el engaño de las riquezas.
- paseos en bicicleta: fue espectacular andat en bicicleta en Oaklanda, San Francisco y Alameda. Pasar el Golden Gate y llegar a Curvy Cove fue de lo mejor. Las vistas eran fascinantes y sentir el aire tan fuerte fue espectacular. Fue en una playita que saborié la bondad de Dios de una manera peculiar, en medio de estos paseos en bici...
- jóvenes que me desafían: el encuentro con una chiquita me recordó cómo lo más importante es mi amor por Dios reflejado en mi amor por otros. Mi vida entregada por una causa mayor y vivida en humildad para reconocerLe más allá de los conceptos. Hay algunos que están más cerca del Reino, que quienes pasan todo el tiempo en templos hechos por manos humanas.
- multiculturalidad: muchos rasgos faciales distintos, sabores, olores y formas de expresar respeto, amor y de dignificar. Algunas cosas nos trascienden a todos: la sonrisa, el abrazo, la mesa compartida, el "gracias"... he disfrutado de comidas riquísimas, sobre todo asiáticas. Lo lindo es que en la mesa se aprecia también la diversidad cultural.
- vidas sencillas que anuncian la Buena Noticia: pensar que el cuidado de la naturaleza pone en evidencia la reconciliación que Cristo obró en la cruz es una idea fascinante y es verdad. Profundicé un poco más en este asunto al ver las maneras tan sencillas en las que podemos resistir al abuso de la naturaleza. Quiero seguir aprendiendo.
Tengo muchas cosas más que compartir, pero por el momento lo dejaré hasta aquí. Gracias por leer.
¡Prometo fotos pronto!
Algunas cosas que he disfrutado:
- modelos de familia equitativos: la realidad no es perfecta, pero es hermoso el reflejo del esfuerzo compartido de hombres y mujeres que buscan crecer familias bajo los valores del Reino de Dios. El poder usado para amar y servir, sin imposiciones. Leer a las niñas por la noche fue un regalo.
- haciendo iglesia bíblica y socialmente relevante: gente que ama a Dios y quiere amar a sus vecinos. Familias que deciden hacer su hogar en lugares conflictivos para ser sal y luz allí. Gente que está menos preocupada por su seguridad y que lucha contra corriente para ambicionar el Reino antes que las posesiones materiales y sucumbir ante el engaño de las riquezas.
- paseos en bicicleta: fue espectacular andat en bicicleta en Oaklanda, San Francisco y Alameda. Pasar el Golden Gate y llegar a Curvy Cove fue de lo mejor. Las vistas eran fascinantes y sentir el aire tan fuerte fue espectacular. Fue en una playita que saborié la bondad de Dios de una manera peculiar, en medio de estos paseos en bici...
- jóvenes que me desafían: el encuentro con una chiquita me recordó cómo lo más importante es mi amor por Dios reflejado en mi amor por otros. Mi vida entregada por una causa mayor y vivida en humildad para reconocerLe más allá de los conceptos. Hay algunos que están más cerca del Reino, que quienes pasan todo el tiempo en templos hechos por manos humanas.
- multiculturalidad: muchos rasgos faciales distintos, sabores, olores y formas de expresar respeto, amor y de dignificar. Algunas cosas nos trascienden a todos: la sonrisa, el abrazo, la mesa compartida, el "gracias"... he disfrutado de comidas riquísimas, sobre todo asiáticas. Lo lindo es que en la mesa se aprecia también la diversidad cultural.
- vidas sencillas que anuncian la Buena Noticia: pensar que el cuidado de la naturaleza pone en evidencia la reconciliación que Cristo obró en la cruz es una idea fascinante y es verdad. Profundicé un poco más en este asunto al ver las maneras tan sencillas en las que podemos resistir al abuso de la naturaleza. Quiero seguir aprendiendo.
Tengo muchas cosas más que compartir, pero por el momento lo dejaré hasta aquí. Gracias por leer.
¡Prometo fotos pronto!
Comentarios
Publicar un comentario