El descanso se vuelve urgente cuando las exigencias del trabajo y la vida aumentan. Si no aprendo a descansar, reconocer mi etapa de vida y sus ritmos, será difícil mantenerme en pie.
Río de mi misma cuando pienso la dificultad que me plantea el descanso, más que el trabajo. Pienso en muchas de las posibles explicaciones. Algunas son sencillas y tienen que ver con mi personalidad inquieta y visionaria, pero otras tienen raices más profundas en mi identidad y búsqueda por aprobación. No es facil entrar en estos terrenos complicados y en ocasiones dolorosos. Pero creo que estoy en buen momento de escarbar un poco, porque no quiero quemarme, ni terminar enferma ante mucha actividad sin poder detenerme a tiempo y llevar ritmos de vida sanos. Tampoco quiero caer en el engaño de pensar en mi trabajo para el Reino como indispensable, y dejar de ver al Señor de la obra. Ayuda ser parte de una organización que anhela invitar a la gente al descanso y no a hacer actividades, como dice Daniel Bourdanné.
Estoy consciente que mi trabajo tiene horarios muy flexibles, viajes largos, implica conversaciones profundas con diversas personas y muchas sorpresas, ¡y lo disfruto! Pero al mismo tiempo, trae consigo cansancio profundo, emociones encontradas, cambios inesperados y dolor en muchas partes del camino. La mayor parte del tiempo es casi imposible separar la vida del trabajo ministerial. Sumando a esto mi caminar personal con sus crisis y procesos, para lo cual el descanso, el espacio oportuno para la obra de Dios en el corazón y la recreación son fundamentales. Es en el detenerme y disfrutar cuando reconozco el valor de ser y no sólo de hacer, y lo mismo en otros y otras.
Algunas preguntas que me ayudan en el camino:
Cómo podrás ver, esta publicación plantea más preguntas que respuestas, sin embargo son importantes, y yo misma estoy en el proceso de responder y trabajarlas. Es un desafío y una invitación escribir sobre este tema, cuando es algo que no hago bien ni domino, sin embargo, al estar preparando un material para compartir con líderes estudiantiles sobre la Administración del tiempo (mismo que compartiré en este blog en un par de semanas), es un ejercicio de sinceridad y para reconocer la importancia del descanso en la Adiministración del Tiempo. El descanso no como la ausencia de actividades, más bien, el lugar para el reencuentro con Dios y los demás, y una forma de resistir a la violencia de nuestro tiempo y su activismo compulsivo.
Algunas preguntas que me ayudan en el camino:
- Cuándo hablo de descansar o tomar un día sabático, ¿qué cosas debo hacer o dejar de hacer?
- ¿Qué cosas me producen descanso? ¿Qué cosas drenan mi energia?
- ¿Cómo planeo mi semana de trabajo, de manera que el descanso es fundamental y no opcional?
- ¿De que manera puedo planear mis días de trabajo, para que al final no quede sin energía?
- ¿Qué ritmos de trabajo pueden ser más sanos y adecuados?
- ¿cómo decido que cosas implementar en la agenda de la semana? ¿Qué me motiva a decir que sí y sobrecargarme de reuniones y trabajo?
- ¿Cuáles son algunos límites sanos para mantener el equilibrio?
Cómo podrás ver, esta publicación plantea más preguntas que respuestas, sin embargo son importantes, y yo misma estoy en el proceso de responder y trabajarlas. Es un desafío y una invitación escribir sobre este tema, cuando es algo que no hago bien ni domino, sin embargo, al estar preparando un material para compartir con líderes estudiantiles sobre la Administración del tiempo (mismo que compartiré en este blog en un par de semanas), es un ejercicio de sinceridad y para reconocer la importancia del descanso en la Adiministración del Tiempo. El descanso no como la ausencia de actividades, más bien, el lugar para el reencuentro con Dios y los demás, y una forma de resistir a la violencia de nuestro tiempo y su activismo compulsivo.
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