Hoy cumplimos dos
meses en Vancouver, y estamos en pleno otoño.
Esta mañana,
caminando de regreso de la iglesia Abdiel y yo nos dimos cuenta que apenas en
estos días comenzamos a escuchar al Señor con más claridad y con menos agenda
nuestra. Nos sentimos rodeados del amor de Dios en tierra extranjera y en medio
de toda la transición, las aguas comienzan a calmarse y el corazón está más quieto.
En medio de un ritmo más sano de estudio, descanso, tiempos de silencio y de
escribir, percibo a Dios cerca, trayendo consuelo más allá de lo esperado.
El semestre en Regent
está a su máxima exigencia, con trabajos que escribir, muchos libros que leer, pero
estoy disfrutando de ser estudiante y hasta gozando la presión de las entregas.
Leo, pienso y escribo sobre las mujeres en la iglesia primitiva, sobre otras
profetas del siglo XIX y estudio a profundidad Salmos 2… Las semanas se nos
llenan de alegría al compartir la mesa con nuevos amigxs y ser invitados a
otras mesas. El consuelo de Dios ha venido en forma de personas nuevas que
alegran la vida y de amigxs a quienes reencontramos por estos lugares.
Nuestras tardes entre
semana son tiempos compartidos entre Abdiel y yo, con trotes a la orilla de
Jericho Beach, cenas sencillas, música latinoamericana, un té caliente y
momentos para escribir. Los fines de semana están llenos de personas nuevas
para nosotros, quienes dejan su marca en el corazón, y de buscar espacio para
hablar con los nuestros en Tijuana. Dios ha sido muy bueno con nosotros. Dios es
bueno.
Parece que el otoño
nos está ayudando a morir, a dejar todo lo que cargábamos, lo que estorba, lo
que no trae vida y renunciar personalmente a mis deseos, mi voluntad y mi
agenda. Entre sus manos puedo bajar mis defensas, renunciar al deseo de
control, ceder a Dios y a lo que él tiene para mí sin tanta objeción. Su
consuelo es grande y es hermoso. Hay belleza en esta estación, en la caída de
las hojas, en la lluvia que limpia, en el frio que desaparece ante el cobijo de
los abrazos y el hogar. Hay belleza en la limitación de las estaciones, y en
particular el otoño evidencia la paradoja de cómo la “muerte” de la naturaleza
trae consigo la esperanza de renovación, y en todo hay belleza.
YO NO SE QUE VAN A HACER USTEDES, LES DIJE A MIS COMPAÑEROS DEL GRUPO DE JOVENES ADULTOS, CUANDO ME BAUTICE,....PERO YO SEGUIRÉ A CRISTO.
ResponderEliminarY AL LEER SUS MENSAJES, SE ALIMENTA MI CORAZÓN DE ESPERANZA,YO TAMBIÉN HE ANHELADO RENUNCIAR A TODO LO QUE ME ESTORBA, LO ANHELO TAN PROFUNDAMENTE, QUE ESTOY A LA EXPECTATIVA DE LO QUE DIOS HABLA A MI VIDA., Y CREANME MUCHACHOS, SUS ESCRITOS EDIFICAN MI VIDA.
DESEO DIOS TRAIGA UN DESPERTAR ESPIRITUAL EN TODOS NOSOTROS, Y QUE CADA DÍA DEMOS MUERTE A AQUELLO QUE CON LA VOLUNTAD DESEAMOS RETIRARLO DE NUESTRAS VIDAS, PERO QUE CON LA ACCIÓN LO SOSTENEMOS COMPROBANDO QUE TODAVÍA HAY MUCHO POR HACER, PROFUNDIZAR, Y SOLTAR... SIMPLES PALABRAS AL OÍDO, PERO PALABRAS CON PODER PARA EL ESPÍRITU.
LES ABRAZO EN EL AMOR DE CRISTO DESEANDO QUE NUESTRO CREADOR ABRIGUE PROFUNDAMENTE SU HOGAR Y LES HAGA SENTIR EN FAMILIA.
BENDICIONES.