Este semestre ha sido bien diferente a como lo tenía pensado, pero me agrada. He descubierto otros intereses, otros gustos, también he podido ver a mis amigos trabajando en otras cosas, comprometidos con la obra estudiantil, haciendo equipo, y eso me emociona. Me he sentido parte de una comunidad más grande que si bien no es perfecta, ha logrado ir más allá de barreras denominacionales, de gustos, personalidades e intereses. Incluso una comunidad que aprende y des-aprende para llevarse mejor, que se reune por objetivos comunes, que ama, se enoja, pero aprende a comunicarlo, pero sobre todo que quiere aprender. Hemos buscado el espacio juntos para descansar, para reir, y hasta para llorar cuando ha sido necesario.
Todo lo he visto de una manera más tranquila, mis tiempos son menos apresurados, y hasta he aprendido a dormir en la sala de lecturas con un libro sobre el rostro. Me gusta mi último año de la universidad, y me gusta también compartirlo con quienes lo comparto: entre amigos cercanos, maestros, compañeros, libros y con Él, que siempre me acompaña.
(me regalo una foto con mi sobrino, dormido. él es muy amado en casa.)
Todo lo he visto de una manera más tranquila, mis tiempos son menos apresurados, y hasta he aprendido a dormir en la sala de lecturas con un libro sobre el rostro. Me gusta mi último año de la universidad, y me gusta también compartirlo con quienes lo comparto: entre amigos cercanos, maestros, compañeros, libros y con Él, que siempre me acompaña.
(me regalo una foto con mi sobrino, dormido. él es muy amado en casa.)
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