Pueda ser que contrario a lo que casi siempre pensamos, las labores de un profeta en el AT y su vida,es diferente a la idea glamurosa que a veces tenemos de ellos, como alguien que solamente predice el futuro.
Su chamba era:
· Anunciar el mensaje de Dios, lo que ya estaba escrito.
· El profeta era llamado por Dios, de ahí provenía su autoridad.
· Sin cambiar el mensaje, ellos comunicaban con palabras contemporáneas y de acuerdo al contexto, pero sin eliminar el aspecto del juicio.
· La mayoría de los profetas sufrieron por su labor y no tuvieran vidas exentas del dolor o sufrimiento por ser escogidos de Dios.
· Dios elegía hablar a través de ellos, y antes de lo que ellos profetizaban estaba en la Palabra de Dios, nunca la contradecían; hablaban de acuerdo a ella.
· Los profetas no buscaban reformas sociales solo porque eran cuates “revolucionarios”; ellos anunciaban la Palabra de Dios, lo que Dios ya había dispuesto, que casi siempre era contracultural.
Lo que nosotros estaremos estudiando el día de hoy, será un poco de la vida de Juan, al que le apodaron “El Bautista”. Él, como todos tal vez sabemos, fue contemporáneo de Jesús. Y bueno, para poder entenderlo mejor, mencionaré algunas cosas que sabemos de su vida:
· Su mamá era Elizabeth y su papá Zacarías, que era sacerdote. Se cree que nació cuando sus padres ya tenían más de 50 años. Y sabemos que fue directamente Dios, vía el ángel Gabriel, quien le otorgó la vida y lo llamó desde el vientre de su mamá. (Lc. 1:5-25)
· Entonces, fue un niño nacido por milagro. Muy amado por sus padres y confesado desde el principio como un “profeta del Altísimo, que preparará el camino para el Señor, que llamará al arrepentimiento e inaugurará un nuevo tiempo, donde habrá luz y paz de Dios.” (Lc. 1:76-79)
· Él es mencionado en los 4 evangelios de Jesús, y comenzaremos viendo la forma en que aparece en el evangelio de Juan, que es diferente a los demás.
Vamos a Juan 1: 6-9 y 1:19-37
El evangelio de Juan comienza de una forma bien poética, diciendo grandes y maravillosas verdades acerca de quién es Jesús, en este momento no me puedo detener en todo eso, pero básicamente se nos habla de que Jesús vino al mundo hecho hombre, y que Jesús es Dios mismo, que él existe desde el principio de todo...en él conocemos a Dios.
Lo sorprendente es que en medio de este relato aparecen las siguientes palabras: ( Juan 1:6)
“ Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo.”
Algunas palabritas que nos ayudan entender mejor este pasaje es que Juan vino porque fue enviado como testigo. Y es testigo de Jesús: la luz… Son 4 palabras…el hecho es que un testigo da testimonio es alguien que dice de lo que ha visto, de lo que conoce…Y Juan no lo hace porque quiere, sino porque ha sido enviado por Dios, y por eso él vino…
Un poco de eco a esas palabras de Jesús en este mismo evangelio, cuando él les dice a sus discípulos que como él ha sido enviado por el Padre, así mismo los envía a ellos al mundo. Producto de la inviciativa y la decisión de Dios.
Después se nos cuenta más del tipo de testimonio que da Juan (1:19):
Éste es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.20 No se negó a declararlo, sino que confesó con franqueza: —Yo no soy el Cristo. 21 —¿Quién eres entonces? —le preguntaron—. ¿Acaso eres Elías? —No lo soy. —¿Eres el profeta? —No lo soy. 22 —¿Entonces quién eres? ¡Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron! ¿Cómo te ves a ti mismo? 23 —Yo soy la voz del que grita en el desierto: "Enderecen el camino del Señor" —respondió Juan, con las palabras del profeta Isaías.
24 Algunos que habían sido enviados por los fariseos25 lo interrogaron: —Pues si no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas? 26 —Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen,27 y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias.
28 Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando. 29 Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!30 De éste hablaba yo cuando dije: "Después de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo." 31 Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua.»
32 Juan declaró: «Vi al Espíritu descender del cielo como una paloma y permanecer sobre él.3334 Yo lo he visto y por eso testifico que éste es el Hijo de Dios.» 35 Al día siguiente Juan estaba de nuevo allí, con dos de sus discípulos.36 Al ver a Jesús que pasaba por ahí, dijo: —¡Aquí tienen al Cordero de Dios! 37 Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto, siguieron a Jesús. Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece, es el que bautiza con el Espíritu Santo."
Nos vamos rápidamente:
· La pregunta de los líderes religiosos es: ¿quién eres? Él sabe bien quien es y quien no es. No pretende ser el salvador, ni Elias, ni el profeta….Y la pregunta es: ¿Cómo te ves a ti mismo? Juan responde: “Yo soy la voz del que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, háganle sendas derechas. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezaran, las sendas escabrosas quedarán llanas. Y todo mortal verá la salvación de Dios.” Ahora, comencemos a preguntarnos: ¿Cómo respondemos nosotros cuando alguien nos hace una pregunta similar sobre nuestra identidad?
· Luego cuestionan lo que hace: ¿Por qué bautizas? Juan ahora apunta hacia Jesús, lo que él hace no se compara con lo que Jesús hará. Él bautiza con agua, Jesús lo hará con el Espíritu Santo. ¿Con quien queremos quedar bien al hacer lo que hacemos? ¿A quién apuntan nuestras palabras y acciones?
· Juan no se considera ni siquiera digno de ser esclavo de Jesús… ¿Cómo es nuestra actitud?
· Y Juan ve a Jesús, y dice: “Aquí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Y esa frase la hemos escuchado tanto que estamos infectados por el lenguaje religioso cotidiano que le quita fuerza a las palabras. Porque Juan está diciendo: Jesús quita lo que nos separa de Dios, con Jesús las cosas vuelven al propósito original. Y él está aquí. Y Juan, al bautizar a Jesús ve la señal que Dios le había dicho que pasaría con el Mesías. ¿Qué decimos nosotros cuando hablamos de Jesús?
· Juan termina esa parte diciendo: “Yo lo he visto, por eso testifico que él es el Hijo de Dios” y dos días después les dice a sus discípulos, ahí está el Cordero, apuntando a Jesús, animando a que otros sigan a Jesús. Y ellos lo hacen. ¿Hemos sido nosotros testigos de lo que hemos visto y oído?
Ahora, en este pasaje, que hemos visto sin detenernos mucho podemos aprender sobre las implicaciones para Juan al ser profeta…pero quisiera que viéramos un poco más sobre su vida antes de retomar algunas preguntas que les acabo de hacer:
En Juan 3:22 se nos habla de nuevo sobre Juan, y lo que aquí quisiera resaltar es sobre la relación de Jesús y Juan. Por un lado, en este pasaje Juan habla de sí mismo como el amigo del novio-el novio es Jesus-, y el amigo está contento de estar a su lado, de escucharlo y se alegra que sea el novio quien reciba toda la atención y a quienes todos acudan. Juan se llena de alegría por eso y esa alegría es grande, lo llena...
Creo que esto es fundamental porque el ser un profeta de Dios no es tan sólo un oficio, el ser siervos de Dios no es un trabajo, implica una amistad, una relación de intimidad. Al igual que Juan, donde el amigo siempre camina junto a Jesús, donde escucha y se alegra de la obra de Dios en su medio. Jesús dice que él nos llama amigos, ya no sólo siervos, porque nos ha dado a conocer al Padre. Ahora sabemos cómo es Dios y cuál es su propósito para el mundo y para nosotros, pero eso se aprende en intimidad y en un estudio honesto de la Palabra.
Y bueno, algo más sobre Juan:
· Lo primero que voy a mencionar lo encontramos en Lucas 3. Juan no era muy popular…de hecho, sus palabras eran muy duras para la gente religiosa, llamando a un arrepentimiento a todos, y a una vida que realmente mostrara frutos de ese cambio. Ese era el propósito de su bautizo. A algunos les decía que debían compartir lo que tenían con los pobres, a otros que ya no debían robar o extorsionar, entre otras cosas. Pero eran buenas noticias, porque decía que el Reino de Dios estaba cerca. Jesús después nos vino a decir lo mismo, y en él podíamos ver inaugurado ese nuevo tiempo para la humanidad donde todo comenzaría a ser reconciliado con Dios y su propósito original. Ahora era posible una relación con Dios, una reconciliación del ser humano con otros seres humanos y del ser humanos con la creación…
· A pesar del maravillo mensaje del cual Juan es portavoz, él sufre. Se nos cuenta en Mateo y los demás evangelio sinópticos, que Juan es puesto en la cárcel porque denuncia la inmoralidad de un gobernante. Y finalmente muere decapitado por una injusticia y por la imprudencia de este gobernante.
· Pero, antes de morir Juan, él duda. En Mateo 11:15, Juan manda a sus seguidores a preguntar a Jesús: ¿Eres tú el que ha de venir o habremos de esperar otro? La pregunta de Juan nos puede sorprender. ¡¡¡El gran profeta duda!!! Woow, y sí. La pregunta es: ¿eres tú el Mesías? Me imagino a Juan pensando: “Yo estoy en la cárcel, por un gobernante romano que me tiene aquí, y tú siendo el Mesías no haces nada”.
· Jesús le responde que le cuenten a Juan lo que ven y oyen: Los ciegos ven, cojos andan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y el evangelio es anunciado a los pobres.” Palabras y obras que Juan sabría reconocer como expresiones del Reino de Dios.
· Juan, el profeta, como todo ser humano también duda... lo maravilloso es que Jesús responde, le dice que él es, que él es digno de confianza.
· Y después Jesús habla sobre Juan y dice algo así (no lo descalifica por dudar): Es un hombre que no encontraba su sostén e identidad en la sociedad, sino en Dios. Que vivía una vida sencilla, que mostraba debilidad también, de quien se habló mal. Pero Juan fue precursor, iniciador y agente del Reino de Dios, de la obra de Dios en el mundo. En palabras de Jesús: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos viene avanzando contra viento y marea y los que se esfuerzan logran aferrarse a él.”
Tal vez nosotros podamos decir, bueno, sí Juan, bien por él, eso no tiene nada que ver conmigo. Pero yo creo que no es así. La Biblia nos enseña quien es Jesús y también nos dice qué debemos decir de él y como debemos hacerlo. Nos dice que nosotros hemos sido enviados, como Jesús fue en enviado por el Padre…como otros han sido enviados…La vida de Juan es un bonito ejemplo.
Resumiendo:
1. LLAMADO: Porque sí conocemos a Jesús, entonces todos somos llamados. Todo cristiano tiene una vocación. De glorificar a Dios y de que él mundo vea la gloria de Dios en donde esté: trabajo, familia, escuela.
2. IDENTIDAD: Y porque una vez que reconocemos esto, debemos preguntarnos. ¿Cómo me veo? ¿dónde está mi identidad? ¿Mis acciones, palabras y actitudes ayudan a que otros volteen a ver a Jesús? ¿qué comparto a otros cuando hablo de Jesús y sus buenas nuevas?
3. RELACIÓN: ¿Jesús es mi amigo? ¿estoy con él, lo escucho, me alegra ver su obra alrededor mío?
4. COSTO: ¿estoy dispuesto a asumir el costo de ser como Juan, un profeta de hoy para el mundo? este puede ser soledad, dolor, sufrimiento, rechazo, etc.?
5. DUDAS propias y el mundo: Si he dudado, o estoy dudando: ¿he sido honesto para decírselo a Dios? ¿cómo ha respondido? Y ahora, sí el mundo pregunta si nosotros somos la generación donde ellos verán la gloria de Dios o tienen que esperar a otra, ¿qué responderemos?
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos viene avanzando contra viento y marea y los que se esfuerzan logran aferrarse a él.”
Comentarios
Publicar un comentario