¡MAESTRO, SE ENCRESPAN LAS AGUAS!
¡Maestro, se encrespan las aguas!
¡Y ruge la tempestad!
Los grandes abismos del cielo
Se cubren de obscuridad;
¿No ves que aquí perecemos?
¿Puedes dormir así,
Cuando el mar agitado nos abre
Profundo sepulcro aquí?
CORO
Los vientos las ondas oirán su voz-
¡Sea la paz!
Calmas las iras del negro mar,
Las luchas del alma las haces cesar,
Y así la barquilla do va el Señor,
Hundirse no puede en el mar traidor.
Doquier se cumple tu voluntad
¡Sea la paz! ¡Sea la paz!
Tu voz resuena en la inmensidad: ¡Sea la paz!
Maestro, mi ser angustiado
Te busca con ansiedad;
De mi alma en las antros profundos
Se libra cruel tempestad;
Pasa el pecado a torrentes
Sobre mi frágil ser,
¡Y perezco! perezco, ¡Maestro!
¡Oh, quiéreme socorrer!
Maestro, pasó la tormenta,
Los vientos no rugen ya,
Y sobre el cristal de las aguas
El sol resplandecerá;
Maestro prolonga esta calma,
No me abandones más,
Cruzaré los abismos contigo,
Gozando bendita paz.
Mary Ann Baker
Así como en el desierto, en la tormenta Dios tampoco nos deja solos y después del caos el nos da algo hermoso que ya ha preparado y para lo cual nos moldea. :)
ResponderEliminarMuy bonito himno...nunca lo he escuchado pero la letra es bella.
También lo cantamos acá en la congre!!! Me gusta mucho ese himno jeje. Un abrazo Ale!
ResponderEliminarTambién lo cantamos en mi iglesia; me da un poco de risa imaginar a los discípulos cantando este himno, en medio del mar de Galilea, jeje...
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