Amado amigo,
¡Gracias por tu respuesta! Ya pasó la primera semana del EFO. Somos 34 obreros de 18
países de Latinoamerica. Esta primer semana tuvo como tema “El alimento en la
mesa”, pues todo el evento gira en torno a la invitación que nos hace Jesús a
compartir la vida y la mesa con él. No se dijeron cosas necesariamente
“nuevas”, pero sí lo que necesitaba escuchar y ser recordada. Como sabes, en
las últimas semanas he luchado con mis tiempos alrededor de la Palabra, me
sentía muy insatisfecha y hasta un poco desanimada, porque a pesar de disponer
el tiempo y reconocer la importancia de las Escrituras en mi vida y ministerio,
de pronto lo sentía como una carga y me producía mucho cansancio. Esta semana
me ayudó mucho, y Dios respondió a mis oraciones para ser renovada en cuanto al
tema.
Te cuento más, al encontrarme con Jesús en Su Palabra, el
desafío a amar sigue siendo el mayor. No sé amar, al menos no como Jesús lo
hace. Muchas veces tengo una actitud muy calculadora y me cuesta trabajo, pero
ante Su gracia que cautiva, restaura y me desconcierta, no puedo resistirme, su
amor no tiene paralelo y El sólo es suficiente. En estas semanas creo que
vendrá un recordatorio constante que el fruto en mi vida y ministerio no
dependen de mis fortalezas o “perfección”, sino de cómo respondo al
ofrecimiento de gracia en Jesús. La vida que hemos elegido tiene todo que ver
con lo que somos y no tanto con lo
que hacemos, como el mundo nos hace
pensar.
Ya me siento desafiada a re-ordenar mis ritmos, a responder
con un mayor compromiso al estudio serio de la Biblia, a cultivar el silencio,
descansar un día a la semana y organizarme mejor. No hacerlo ha sido
desaprovechar la bendición de tener a Dios mismo y Su Palabra cerca, y escoger
NO sentarme a sus pies. Ya he pensado maneras en que podemos animar a los
estudiantes a conectarse con la Escritura, pero sobre todo de cómo podemos amarla
y comerla. Una experiencia rica en
estos días ha sido orar la Palabra,
una práctica que he re-descubierto y disfrutado enormemente, al responder a los
textos bíblicos y escuchar a Dios de manera sencilla.
La cuestión del futuro ha sido un tema que de pronto me
asalta, no sabemos qué cosas vendrán, ni como será la vida, pero en la provisión
de Dios he tenido la oportunidad de orar mis ansiedades y he sido ayudada por
otros a visualizar lo que viene con mayor “realismo”. La maestría promete ser
una experiencia excepcional, pero con muchas exigencias que no había
contemplado. No me preocupa, al contrario me emociona, pero me hace pensar
desde ahora lo que una oportunidad como esa significa en términos de dar a
otros lo aprendido.
Amar a Dios y al prójimo es de lo más riesgoso que existe,
nuestra vida en este mundo se gastará sirviendo gozosamente a otros si descansa
en la suficiencia de Jesús, no en nuestros esfuerzos. Sabine dijo algo que me
conmovió: “Estoy viviendo sobre una base que es segura, la obra de Jesús en
mi”, él es mi fundamento y puedo caminar así. Aunque hacia adelante las cosas
son un poco inciertas, ahora soy invitada a amar a los hermanos y hermanas del
EFO, quienes son una linda comunidad de seguidores de Jesús. Las conversaciones
con algunos de ellos y sus testimonios me dejan ver el carácter de nuestro Dios
no limitado a las culturas, que obra soberanamente y al mismo tiempo se presenta
en medio de nuestros contextos cotidianos, dificiles y complejos.
Otro par de detalles muy significativos ha sido experimentar
el amor de las familias del MUEVE (Movimiento Universitario Evangélico
Venezolano) al abrir sus casas y sus vidas, servirnos como si fuésemos hijos e
hijas y despojarse de sus comodidades para atendernos. Me hace recordar el
llamado a las familias y lo que puede significar servir aún cuando las cosas en
la vida se vuelven mas complicadas. Y lo otro es que justo hoy por la mañana,
al seguir pensando sobre la resurrección de Jesús y su posterior ascensión al trono desde donde reina, me ha dado una fuerza especial para saberme
acompañada y fortalecida en el ministerio estudiantil en la Región. No solo es
pensar en su poder, sino en las características del mismo, el cual es
compartido con el propósito de servir al Reino y la justicia, llevando la marca
del amor sacrificial. Pero sigo esperando más, sigo inconforme porque sé que Dios quiere darme/nos mas de Él, así que me mantengo expectante, constante, (orando por) humilde y diespuesta... No dejes de orar....
Junto a este cúmulo de experiencias, voy pensando y anotando
lo que podré compartir y enseñar a
otros. Considero con emoción lo que podremos hacer juntos después de terminada
esta separación geográfica, y cómo seguiremos aprendiendo sobre la obra de Dios
en nuestras vidas. Sonrío al pensar que los dos queremos lo mismo: una vida
para ser dada a otros…(quiero mantenerme ingenua, sin saber el costo exacto,
pero dispuesta a lo que venga). Solo oro
lo como lo hemos venido haciendo: “Qué el Señor nos ayude a ser fieles en lo
que tenemos ahora, confiando nuestro porvenir en sus manos”.
Te mando un abrazo con mucho amor, lleno del amor de Dios. Anhelo
que Su amor te llene y Su gracia sea suficiente para tí en todo momento.
Ale
PD. Las fotos vendrán después. Ohh, esta semana estamos en una linda casa de retiro en Valencia, comparto cuarto con Mabel, una amiga boliviana.
Amar, servicio, darse a los demás, futuro, comer la Palabra, gracia... Sin duda un sinfin de increibles lecciones de vida querida Ale. Quiero oir mas!
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