A ti,
¿Cómo estás? Yo estoy mejor ahora. En los últimos 10 días
nuestra comunicación ha sido escasa y los tiempos en Venezuela han sido muy
intensos. Nos movimos de Valencia a Cumaná (la ciudad primogénita de América
Latina), y allá estuve viajando casi a diario entre Marigüitar-pueblito bañado
por el mar Caribe- y la ciudad. El fin de semana estuvimos en la isla de
Mochima y ayer en la montañosa Col. Tovar, fundada por alemanes hace un par de
siglos. Hoy finalmente me encuentro en los Teques, una zona montañosa y más
fresca. Esta semana será de retiro, para descansar, hacer una pausa, celebrar
en comunidad, reflexionar y responder a la invitación de estar con el Señor.
No sé ni por dónde empezar a relatar la experiencia, pero lo
que puedo decir es que pese a todos los inconvenientes e incomodidades estoy
alegre por ver la buena voluntad de Dios para conmigo y sus bondades con
todos. En Cumaná me tocó colaborar con
el grupo de MUEVE que trabaja en la Universidad de Oriente, este es el grupo
más grande y organizado en Venezuela. Las vidas de los estudiantes me
conmovieron mucho, ante el contexto tan difícil por el que pasa la universidad,
de abandono, falta de pertenencia de los estudiantes y las hostilidades
políticas. Los problemas son muy complejos y diferentes a los nuestros y este
grupo de estudiantes han asumido con valentía el llamado a ser sal y luz en su
universidad a pesar de la apatía que impera. Ellos son verdaderos agentes de
paz y reconciliación entre las partes que pelean y ante los grupos políticos,
se les reconoce por su integridad y por su amor activo a favor de la
Universidad. Junto a ellos, di una charla en el comedor sobre la falta de
pertenencia en la Universidad, recogimos basura, compartimos las buenas
noticias de Jesús, servimos los alimentos en el comedor y llevamos la
ExpoErótica: “Para hacer el amor de verdad”, entre otras cosas.
Esa semana fue especial también por el tiempo compartido con
mis colegas y compañeras Johana (Colombia), Verónica (Chile), Marly (Perú) y
Rosarelys (Venezuela). Con ellas compartí los viajes entre el pueblo y la
ciudad, tiempos de enseñanza a los jóvenes de la iglesia sobre el estudio de la
Biblia y sobre Jesús, y también muchos de los inconvenientes y aventuras
extremas en la misión. Nos hicimos amigas en medio de la adversidad, la enfermedad
y nuestra fragilidad. Ya te he contado algunos detalles, pero tal vez no te
dije que agradezco mucho al Señor por sus vidas, las conversaciones, por los
tiempos de risa ante la frustración de los planes y el cuidado mutuo. De cada
una he aprendido cosas valiosas y fui animada por Dios a escuchar, a reconocer
mis limitaciones, a ser vulnerable y tomar las cosas de la mejor manera. No
cabe duda que Dios tiene sentido del humor y trabaja en y con nosotr@s.
De muchas maneras Dios ha usado este tiempo para mostrar
cómo él se glorifica a través de familias enteras y la manera en que éstas
también son canales para el amor de Dios. Ahora entiendo mejor cómo se ve
cuando el Señor llama a formar familias y la manera en que ellas sirven para
sus propósitos en el contexto de la obra estudiantil. Este tiempo también me ha
hecho pensar mucho en mi propio llamado y contexto en la región; lo que implica
seguir sus pasos por las universidades del Noroeste y el regalo del equipo de
estudiantes y obreros con quienes trabajamos codo a codo. Oro mucho por ti y
por ustedes, no me es tan fácil estar lejos cuando sé que el Señor me ha
llamado a estar allá, sin embargo, sé que esto ha sido muy bueno para mi propia
vida y aún sigo expectante. He tenido la linda oportunidad de aprender más
sobre Dios y verlo trabajar en mi corazón y sentir su abrazo de gracia y amor.
Te animo recordando que Su Reino está avanzando en las universidades
de América Latina, y somos parte de ese mover, aún en medio de todas las
necesidades y desilusiones que experimentamos. Dios está trabajando y nos
invita a ser parte de Su Misión. ¡Qué dicha! Te dejo por ahora, pero seguimos
en contacto.
Con mucho amor,
Ale
PD. Prometo muchas fotos pronto!!!
gracias por ser un instrumento de Dios en la UDO y dar de ti en ese proceso mi hna, es testimonio para todos nosotros. saludos :)
ResponderEliminar¡Gracias a Dios por ésta intensa experiencia de Gracia y Fe!
ResponderEliminarAbrazos a mis amigos de Cumaná. :-D
M.
El codo a codo, la comunidad, es un regalo más de Dios para nuestras vidas y ministerios.
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