La experiencia de compartir un estudio bíblico con mujeres de mi edad y un poco más grandes, provenientes de diferentes trasfondos y con distintas experiencias de vida ha sido un verdadero regalo de autodescubrimiento y desafío. Tan sólo han sido dos sesiones, pero me ha permitido iniciar a caminar en una vereda desconocida, con mucho por descubrir. Creo que desde que empecé a leer aquél libro sobre teología feminista y las preguntas que surgieron de mi diálogo con él, Dios abrió la oportunidad para que yo misma respondiera. ¿De qué manera el evangelio de Jesús es buena noticia para las mujeres hoy? ¿Cómo Jesús transforma y ha transformado la realidad de las mujeres en la historia? Y me ha encantado comenzar a conocer a estas mujeres que son muy parecidas a mi y yo a ellas, y a la vez somos muy parecidas a la samaritana, a aquella mujer pecadora que Lucas describe, a la que interrumpe a Jesús camino a sanar a una niña de 12 años, a la sirofenicia, a las hermanas María y Martha, y que ...
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