Así es, ese niño que muchos pensaron que no sobreviviría, aquél que nos ha llenado de lágrimas los ojos ante los peligros inminentes de su enfermedad.
El milagro divino, el recordatorio constante del Dios presente, indescrifrable, amoroso. En él hemos aprendido amor sin escucharlo de su boca, en su fragilidad hemos visto a Dios, en su rostro la paz, pero en su cuerpo también el quebranto, la debilidad, lo incierto.
Nosotros lo amamos, y él lo sabe. Con él vemos aún más claras las limitaciones racionales, nos vemos a nosotros mismos como en espejo; nuestra humanidad y sus condicionantes a pesar del avance científico y el aclamado progreso que algunos todavía sostienen.
Él es digno porque fue creado, él nos enseña que el amor no es por hacer... No es lo que hacemos, sino lo que somos. Y hoy celebramos su corta historia, su vida, al Dios que le ha creado y le ha sostenido.
El milagro divino, el recordatorio constante del Dios presente, indescrifrable, amoroso. En él hemos aprendido amor sin escucharlo de su boca, en su fragilidad hemos visto a Dios, en su rostro la paz, pero en su cuerpo también el quebranto, la debilidad, lo incierto.
Nosotros lo amamos, y él lo sabe. Con él vemos aún más claras las limitaciones racionales, nos vemos a nosotros mismos como en espejo; nuestra humanidad y sus condicionantes a pesar del avance científico y el aclamado progreso que algunos todavía sostienen.
Él es digno porque fue creado, él nos enseña que el amor no es por hacer... No es lo que hacemos, sino lo que somos. Y hoy celebramos su corta historia, su vida, al Dios que le ha creado y le ha sostenido.
¡Felicidades! =)
ResponderEliminarGracias! Hoy estuvimos con él, y parecía que sabía que era su cumpleaños porque no hacía caso en nada, jeje. Pero nos divertimos.
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