Esta frase expresa bien lo que pasó en nuestro campamento de Formación.
Aún cuando planeamos los tiempos por las mañanas, siempre hay cosas que uno no puede controlar o que de alguna manera preferimos que sea flexible segun lo que vamos entendiendo de Dios y de la dinámica del grupo. El grupo era muy diverso, fuimos cerca de 14 personas entre los 15 y 25 años y sorpredentemente nuestros prepos aportaron mucho con sus inquietudes, energia y compromiso.
Pero hubo algunas actividades que no planeamos, las cuales salieron de la manga-de Dios-, nos atrevemos a decirlo. Viendo las necesidades del momento, nos pusimos a dialogar en parejas sobre uno de los temas más desarrollados de la primera mitad de Efesios: "la salvación". ¿Cómo entendemos la salvación según esta carta?, ¿Cómo la explicamos a nuestros compañeros en la escuela? Y fue sorprendente, caímos en la cuenta que si no entendemos bien la salvación, si no comprendemos lo que Dios ha hecho, entonces no podemos explicar a otros, según su contexto lo que esto significa. Porque no se trata de fórmulas, estamos hablando de la realidad de Dios en el mundo, de todo lo que Él ha hecho...
El segundo diálogo fue en torno al llamado de Dios para la comunidad cristiana, más específicamente para Compa. Esto nos llevó al desafío de compartir en parejas nuevamente el cómo comunicar a Cristo sin ser nosotros el centro del mensaje y comenzar hablando de él y no de nosotros. Fue muy confrontador darnos cuenta de nuestro individualismo interiorizado y de la mala costumbre de comenzar hablando de nosotros. Esto no quiere decir que no es importante lo que Dios ha hecho en nuestra vida, y sí debemos contarlo. El problema es cuando no ponemos a Dios en el centro del mensaje y somos arrogantes y orgullosos, porque partimos de lo que hemos hecho nosotros como si fuera nuestra obra. ¿Cómo comenzar compartiendo el evangelio hablando de lo que Dios hizo por nosotros y no de lo que nosotros hemos hecho?...
No hay un precedente para algunas cosas que pasaron en el EFEN, pero creemos que la experiencia de lo que Dios nos mostró pueden marcar otros encuentros de formación. El diálogo, el compartir, verbalizar y abrir más espacios para encontrarnos con la Palabra de manera creativa deben ser parte de nuestras capacitaciones. En definitivo, no fue de nuestra manga que salieron las cosas, por eso la gloria es para Él....
Aún cuando planeamos los tiempos por las mañanas, siempre hay cosas que uno no puede controlar o que de alguna manera preferimos que sea flexible segun lo que vamos entendiendo de Dios y de la dinámica del grupo. El grupo era muy diverso, fuimos cerca de 14 personas entre los 15 y 25 años y sorpredentemente nuestros prepos aportaron mucho con sus inquietudes, energia y compromiso.
Pero hubo algunas actividades que no planeamos, las cuales salieron de la manga-de Dios-, nos atrevemos a decirlo. Viendo las necesidades del momento, nos pusimos a dialogar en parejas sobre uno de los temas más desarrollados de la primera mitad de Efesios: "la salvación". ¿Cómo entendemos la salvación según esta carta?, ¿Cómo la explicamos a nuestros compañeros en la escuela? Y fue sorprendente, caímos en la cuenta que si no entendemos bien la salvación, si no comprendemos lo que Dios ha hecho, entonces no podemos explicar a otros, según su contexto lo que esto significa. Porque no se trata de fórmulas, estamos hablando de la realidad de Dios en el mundo, de todo lo que Él ha hecho...
El segundo diálogo fue en torno al llamado de Dios para la comunidad cristiana, más específicamente para Compa. Esto nos llevó al desafío de compartir en parejas nuevamente el cómo comunicar a Cristo sin ser nosotros el centro del mensaje y comenzar hablando de él y no de nosotros. Fue muy confrontador darnos cuenta de nuestro individualismo interiorizado y de la mala costumbre de comenzar hablando de nosotros. Esto no quiere decir que no es importante lo que Dios ha hecho en nuestra vida, y sí debemos contarlo. El problema es cuando no ponemos a Dios en el centro del mensaje y somos arrogantes y orgullosos, porque partimos de lo que hemos hecho nosotros como si fuera nuestra obra. ¿Cómo comenzar compartiendo el evangelio hablando de lo que Dios hizo por nosotros y no de lo que nosotros hemos hecho?...
No hay un precedente para algunas cosas que pasaron en el EFEN, pero creemos que la experiencia de lo que Dios nos mostró pueden marcar otros encuentros de formación. El diálogo, el compartir, verbalizar y abrir más espacios para encontrarnos con la Palabra de manera creativa deben ser parte de nuestras capacitaciones. En definitivo, no fue de nuestra manga que salieron las cosas, por eso la gloria es para Él....
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