4 de agosto, 10:15am
Ayer terminó la Asamblea Mundial. Hoy estoy desvelada, he visto a muchos irse a sus paises de nuevo, y hay cosas que no quiero olvidar de este tiempo y experiencia. Es mucho, y veo la necesidad de escribir para dejar memorias, que esto se convierta en una manera de reconocer la gracia de Dios en mi vida y en el mundo.
La gracia de Dios y su amor por mi se han hecho evidentes en lo profundo. No solo fui desafiada a pensar las redes sociales o los sistemas económicos desde una perspectiva cristiana, sino también a considerar el amor y la bondad de Dios para mi vida de forma personal. Dios es clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en amor... (Salmos 145) Finalmente, es mi conocimiento intimo de Dios lo que me invita a llevar a otros tan lindo mensaje de un Dios que ama, está cerca, acompaña, cuida, sostiene y se ha dado a conocer de manera personal.
Unas palabras de ayer fueron muy significativas, y las apropié, era algo asi: "Que sea nuestra oración que el Señor nos conceda la gracia para estar dispuestos a morir por él, quien es el unico que puede salvar a nuestro mundo". Y en este tiempo el Señor ha afirmado, clarificado, pero también me ha llevado a la renuncia dolorosa y gozosa, con muestras claras de que Él es el único digno de confianza plena.
Ahora cierro los ojos y veo los rostros de mis hermanos y hermanas de todo el mundo, y agradezco el sacrificio de muchos en venir acá. Pienso que muchos regresan a contextos de persecución, violencia, dolor y mucha incertidumbre. Pero la Palabra del Señor es para todos y nos ha dado esperanza. !Que vivamos siempre a la luz de la esperanza, en donde estemos y como estemos!
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