Me fui tres días (dos noches) y Luciana se quedó su papá y con la ayuda de los tatas, el tito, su abue y su tía. Tenemos toda una tribu que nos acompaña. Aún así, viajar sin ella fue UNA DE LAS DECISIONES MÁS DIFÍCILES QUE HE TOMADO. No estoy exagerando, sentí como algo en mí se des-configuraba y hasta dolía. La decisión de viajar me ha costado ver muy adentro de mí misma, mis miedos y mis propias expectativas. La maternidad me ha llevado de la mano para evaluar mi vocación y limitaciones. Toda esta experiencia está provocando algo en lo profundo. Luciana tiene 15 meses, camina, se expresa, habla muchas palabras sueltas y entiende muy bien lo que le decimos, en inglés y en español. Es una niña muy fuerte, sociable y sabe bien lo que quiere, juguetona, gritona y de más observadora. Dejarle por estos días parecía ir contra mi naturaleza. Me cuestionaba mis propios principios y al mismo tiempo se reflejaban miedos y mentiras impuestas. Físicamente era demandante, sacarme leche y tirar...
Qué bello testimonio de fe y espíritu. Agradecemos esta entrega y su pertinente invitación a orar y a pensar en el Dios de la Vida. No podemos encerrarte Señor ¡vaya que es cierto!
ResponderEliminarMuy interesante este Blog. Me gusto mucho. Hay que buscar a Dios. Es lo unico que da paz.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar. Me alegra que este sea un espacio que invite, anime y nos haga pensar. Saludos!
ResponderEliminar