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¿De qué se alimenta la esperanza?


De un olor. De un color. De imaginarlos juntos. De un canto. Del dolor que la ve nacer, el amor que la nutre.

Porque cuando los hombres y las mujeres soñamos, la esperanza se alimenta. Por que sí cuesta soñar, porque a muchos se les ha negado: de niños, de jóvenes, de adultos, de viejitos.

Pero cuando se acerca el olor, cuando se ven los colores, cuando se oyen los cantos y todo es más allá de lo imaginado, se nutre la esperanza. El dolor puede rodearla, pero el amor la sostiene.

Puede ser color amarilla, verde o rosa; oler a pétalos, a pasto o a tierra mojada. Cantar como ave, como bebé o palabras de viento. Pero ella sobrevive, perdura, resiste al invierno, no muere porque es nuestra. Nos la dieron y el derecho a tenerla es de todos, es de todas...

Comentarios

  1. A me gusta pensarla como el sonido de las olas del mar... suaves... o rugiendo!

    Muy lindo texto!

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